Signo y Presencia de Francisco Muñoz Soler. Líberman Grupo Editorial. Jaén 2024. Por Paloma Fernández Gomá
Signo y Presencia de Francisco Muñoz Soler. Líberman Grupo Editorial. Jaén 2024. Por Paloma Fernández Gomá
Francisco Muñoz Soler nace en Málaga
para el mundo, pues ejerce como poeta global, porque ha leído y sigue leyendo
sus poemas y edita sus libros en distintos países tales como Estados Unidos,
México, Cuba, El Salvador, india, Turquía, Italia o Portugal entre otros.
Su obra ha sido traducida al sueco,
italiano, ruso, bengalí o chino, por citar algunos de los idiomas en los cuales
los poemas de Francisco Muñoz Soler han sido traducidos.
Muñoz Soler es un poeta
esencialmente humano; en él el hombre ocupa un lugar de privilegio, un lugar
resaltado por su condición de persona capaz de transmitir sentimientos que le
definen como ser humano, capaz de restaurar comportamientos perdidos en su
trayectoria a lo largo de la historia.
Francisco Muñoz Soler no escatima
en mirar a su alrededor, indagar en sus raíces y trasladar al mundo
aquello que contempla en sus viajes y así profundizar en la esencia
humana.
El vocabulario de su poemario es
valiente y nos deja su testimonio de poeta viajero experimentado, de ver en la
vida un desglose de las diferentes formas de ver y observar la vida desde la
fragilidad de lo puramente humano hasta la injusticia, desigualdad e incluso
crueldad que pone en jaque la belleza, sensibilidad y valores que confirman
nuestra realidad.
A Francisco Muñoz Soler se le
atribuye desde la crítica un yo lírico siempre comprometido que indaga en la
honestidad, la belleza y la sensibilidad.
Signo y Presencia es el compendio de
todo lo expresado.
El libro se divide en siete
apartados, donde los poemas son el medio transmisor del contenido que
pretende poner en valor nuestro poeta; bien sea el arrojo, sucesos que
acontecen en el devenir, la máscara que nos envuelve para ser quienes quizá queramos
ser, la ética, la indeseada guerra, la tierra que habitamos o la vida como un
derecho que nos pertenece.
Los poemas de Signo y Presencia son
envolventes y necesarios para acercarse a una poesía auténtica, plena de
valores y necesaria.
He elegido uno de los poemas del
libro, sabiendo que no es el único poema espléndido y reconfortante de este
libro, pero es uno de ellos, y como muchos otros, capaz de transmitir la
belleza seductora que encierra la poesía de Francisco Muñoz Soler.
Como un mar transparente de luz
Como un mar transparente de luz
penetra en mí,
convirtiendo la extensión de un
centellear
en signos profundos hasta alcanzar
mi sangrado intangible.
Es tanta la fortaleza de su
naturaleza,
tanta la fluidez que emana su
equilibrio,
que alimenta lo sustancial que me
concibe.
Mis ojos, con calculado afán,
absorben todos los matices,
los acomodan con cuidado
para ensamblarlos en mi seno
y como semillas
germinan en atrayentes pistilos,
que como abeja mi espíritu convierte
en néctar.
Un rico panal, un milagro que me
alimente,
que su agradable olor me
recuerde
la higuera de mi infancia,
su sabor perenne en mis labios,
los aromáticos silencios de las
tardes
a veces rotos por las chicharras.
En ese sosiego,
recordar los atrevidos pájaros
picoteando el dulzor de los higos,
con sinuoso vértigo,
pájaros que se refugian entre las
ramas cantando,
instándome a sentir la fuerza de la
tierra.
Y respiro profundo
mientras atravieso los cielos de
Suecia,
observando mis cicatrices que me
recuerdan
que obedezca a lo esencial
porque me espera el olvido
cuando huérfano de tiempo
yo sea ceniza de eternidad.
Creo que este poema es el acicate
necesario para invitarles a seguir leyendo Signo y Presencia. Un libro abierto
a la sensibilidad humana y a la trascendencia de la palabra que cabalga en
distintos idiomas con un único objetivo: llegar a la conciencia.
Apunta la poeta y crítica literaria Balbina Prior:
‘La materia poética siempre se encuentra
relacionada de una manera u otra con la experiencia vital de su autor’ para
llevarnos en cierta medida a la conclusión de que la materia poética de este
libro es “el viaje” como término absoluto y en todas sus consecuencias.
Yo apuntaría que
parcialmente comparto este planteamiento, pero lo matizaría con un apunte para
precisar que la poesía de Francisco Muñoz Soler es ante todo humanista y nuestro autor conduce el humanismo a lo largo
de todos sus viajes llevando un viento fresco en todas sus visitas geográficas.
Luego hay un conjunto indisoluble: geografía y valores humanos en la poesía
Francisco Muños Soler.
No es fácil
asociar la conjunción Erasmus – Ganivet, pero en el libro de
Francisco Muñoz Soler tenemos un firme aspirante para llegar a asociar
humanismo con viajes. Llegando nuestro autor a inocular el valor del humanismo
en todas y cada una de sus estancias en diversos destinos geográficos;
ejerciendo como diplomático de la palabra. La no frontera sería una de las
características más acentuadas en la obra de nuestro poeta, pues sus versos
llegan igualmente y con la misma frescura e independencia a Suecia o Italia que
a China o la India.

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